Caminando por la orilla del mar
Voy contando los años
Que tú estás lejos de mi.

Ya los conté: uno, dos, tres...
Y con los ojos empañados, me paré.
Tenia el corazón partido y
De tristeza lloré.

Mis lágrimas cayendo
Juntaranse al agua del mar
Que, piadoso,
En estrellas las convertió.

Para alejar la tristeza
Me puse en un jardín
Entre pájaros y flores
De todos los colores.

La rosa me dijó:
- La vida sigue su camino.
¡Miranos a todas!
Cuándo una muere, otra nace
Para perfumar el jardín.

Me quedé pensativa,
A la rosa miré y
Mis lágrimas cayeron en la tierra
Que, piadosa, en flores las convertió.

23/01/06

(Maria Hilda de J. Alão)